Hablar de la historia de la Filatelia Hondureña, oficialmente se remonta a 1877, con la creación del Servicio de Correos de Honduras, durante la Presidencia del Doctor Marco Aurelio Soto. Sin embargo los inicios de un servicio de comunicación bien establecido se pueden remontar a la cultura Mesoamericana, donde existían los “Postas”, veloces mensajeros que surcaban toda la región de influencia Mesoamericana, transmitiendo de voz los mensajes de la época.
Pero hablar de filatelia es hablar de sellos postales, por lo que entonces la historia que nos interesa, comienza en 1877 como mencionamos antes, con la fundación del servicio de Correos de Honduras. Sin embargo ya las ciudades de Tegucigalpa y Comayagua, ya habían emitido desde 1865, los primeros sellos para uso postal en Honduras.
El servicio de Correos emitió su primera serie de sellos en 1878, cuando ordeno a través del American Bank Note Co., la impresión de la serie conmemorativa a Francisco Morazán.
En la década de 1920, inician los primeros intentos por establecer un servicio de correo aéreo, para agilizar las comunicaciones entre todo el país y con el exterior, para lo cual el servicio de Correos otorgo permisos de operación a varias empresas nacionales y extranjeras. De esta forma en 1925 se le otorgo al Doctor T.C. Pounds el movimiento de correo entre las ciudades de Tegucigalpa y Puerto Cortes. Para el control de la correspondencia y el cobro de los servicios, se le autorizo al Doctor Pounds reutilizar una emisión de 1915 con imágenes del Puente sobre el Río Ulúa, así como del Teatro Manuel Bonilla. Dichos sellos se procedieron a sobre-marcar con la leyenda “Aero Correo”, retazando algunas de ellas con un nuevo valor. Destaca el sello azul del Puente del Río Ulúa, contra marcado con 25c sobre 10c, que a la fecha es el sello mas caro de Latinoamérica y el sello aéreo mas raro del mundo (solo se conoce la existencia de 3 posibles ejemplares, de los cuales solo 1 tiene dueño conocido).
Con mas de 2000 sellos emitidos desde 1865 a 2010, la Filatelia de Honduras es rica en belleza, motivos, colores y sobriedad, por lo que es ideal para coleccionistas temáticos.
